viernes, 22 de noviembre de 2013

Devan #340 | Mubobobo, búscalo.

Boris no tenía dinero, tenía miedo, impotencia quizás. Su pequeño y casero laboratorio necesitaba de fondos para subsistir, no quería pedirle dinero a su padre - único sustento familiar - por motivos de orgullo. Ya casi terminaba la universidad, pero no sabía en qué puesto trabajar, considerando su descarte de diferentes especialidades que por desinterés no quería seguir, todo era común para él. De acuerdo a lo que me dijo en el taller de robótica años atrás, su única salvación era la IMB una corporación de investigación y manufactura de maquinaria interestelar. Hasta que desapareció, me abandonó. Ahora lo volvía a ver después de varios meses, en la red era difícil encontrarlo :

- Hola Boris, que onda con esas notas — me senté sigilosamente, él estaba solo en el comedor, cabizbajo como ocultándose de la mirada general de los cientos de jovenes que usualmente almorzaban juntos.
- ¡El señor Devan!, el preferido del taller de Serbas, el más adiestrado en las artes del código empero un desastre con las tuercas y digna verguenza para Aristóteles, ¿quieres una ayuda con tu tarea de física elemental de nuevo? — levantó su mirada, pronunciadas ojeras relucían en su rostro, pero esa sonrisa intelectual siempre destacaba.
- ¡Boris Orbus!, quizás el mejor mecatrónico de la universidad, empero una verguenza para educar a sus máquinas, ¿quieres que le de alma a tus bots de nuevo? — le respondí desafiadamente, antaño nos complementabamos perfectamente, se podría decir que hacíamos el equipo perfecto. Si no fuera por su retirada parcial un par de semestres, algunos dicen por un intento de suicidio, podríamos haber fundado una gran empresa.
- ¿Cómo vas con los cursos — le pregunté mientras disponía en la mesa mi cuenco de vegetales y legumbres — especialmente aquellos dónde hay chicas.
- Cuatro, ya han sido cuatro las víctimas — reía, levantando cuatro dedos, luego tomó una cuchara de su sopa y retorno a escribir extraños símbolos en un papel que tenía al costado de sus servicios.
- No me jodas, cómo que cuatro, sí apenas le hablabamos a la bibliotecaria — estaba exaltado, no podía creer que Boris había salido con más féminas de las que tenía en mente, es cierto que ya han pasado dos años desde que nos separamos y siempre pensaba que Boris ya había debutado a pesar de su extrema timidez, pero con cuatro, con cuatro era exagerado, solo digno de verdaderos seductores.
- Sorpréndete, todo está aquí, ¿entiendes? — me explicaba mientras golpeaba su frente con su índice.
- Entiendo, ¿clases particulares? — trataba de adivinar su secreto.
- Podría ser, pero lleva mucho tiempo, y las probabilidades son ínfimas considerando mi aspecto — explicaba extendiendo sus manos, y bueno, un pequeño arroz volaba en medio.
- Mmm, ¿ahora haces cosas de jóvenes promedio?¿aguardiente?  — intenté otra vez de descubrir sus métodos.
- No. ¿Recuerdas el libro prohibido de Froud que robamos de la biblioteca pero solo te dejé leer unas cuántas páginas antes de llevármelo a casa? — se refería a un par de años atrás, cuando queríamos estudiar ciencias ocultas, los libros pertinentes estaban disponibles solo para Astres, el máximo nivel académico después de Stelars, Lumnus y Alumnos. Nosotros apenas eramos alumnos, así que teníamos que escabullirnos para encontrar lo divertido.
- Sí, lo tengo grabado en estos lentes — respondía tocando las gafas inteligentes que llevaba.
- Mubobobo, búscalo. — me indicó riendo diabólicamente — sabes que soy obediente a la ley , así que solo lo uso para interferir en los sueños de mis víctimas, mas no para tomar acción física alguna. Los del astral me vigilan ¿sabes?. Debería compartirte el libro, pero antes debes visitar al maestro, aquel que me internó ese par de semestres cuando estuve ausente.
- ¿Los fumadores de porro?¿Crees en los Eoclen? — le pregunté frunciendo el ceño.
- No creo en los eoclen, ellos creen en mí — me respondió astútamente, ¿a qué se refería con que los eoclen necesitaban creer en él, es que acaso los eoclen confían en las personas sus artes, nos necesitan?
- Venga Boris, mucho porro te ha hecho daño.  — le increpaba, las ojeras podían ser resultantes de hierba quizás, hasta que vi mi reloj — ¡mierda! tenía un examen hace cinco minutos. Nos vemos en la red, y quizás físicamente en meses, ¡adieu!.

[Perspectiva de Boris]

- ¿Quién es, Boris?  — la voz del maestro dremor susurraba a mis oídos.
- Maestro Froud, es Devan, un amigo particular. — le respondía, mientras escribía los símbolos necesarios para entrar a la biblioteca de nuevo y reemplazar aquellos libros que necesitaba usando solo mi proyección astral.
- Lo conoceré muy pronto, ¿no es cierto Boris? — era una orden, Froud no pide favores.
- ¿Tiene algo en especial un instructor de latas? — trataba de averiguar por qué le interesaba el idiota de Devan.
- Depresión.  — ¿depresión?. El maestro no conoce la fase maniaca de Devan, su transtorno le ha dado la oportunidad de llamar la atención de un eoclen, interesante. Pero no puedo refutar al jefe. Joder, ya casi acabo, odio estar entre tantos jóvenes.