sábado, 26 de abril de 2014

Schz #2 - Propuesta - Parte 2

- Como te mencionaba, Saúl , ¡perdón! , ese era su nombre pasado ¿cierto? — Sareil reía, preguntando con los brazos casi levantados, cual tenor de opera, a los que a sus laterales seguían observando a Santiago. — perdón Santiago, perdón de nuevo hermano mío. Te necesito otra vez, ya sabrás los detalles a medida que pasen los años, ya supones como son las cosas aquí ¿no?, Simón las entendió inmediatamente, para nosotros desde tu nacimiento solo han transcurrido aproximadamente dos años, ¿me entiendes?, pero deberías estar agradecido, disfrutarás un poco tu pasado. Venga Teriel, ¡los sellos!, con cuidado por favor.

De la fila de seres que permanecían sentados a la derecha de Sareil, un hombre pelirrojo y con traje gris se levantó y caminó lentamente hasta Santiago. Empezó a palpar sus oídos, Santiago sentía algo de dolor, no podía hablar, sus músculos bucales no reaccionaban, y en su sordera temporal un pitido agudo se pronunciaba . Teriel entonces continuó con los ojos, con sus dedos empezó a frotar suavemente la visión de Santiago, él sentía un poco de ardor, cuando en sus tinieblas empezaba a escuchar pequeños susurros que opacaban al pitido inicial, extrañas voces discutían a lo lejos, ¿es otro idioma el que escucho? se preguntaba Santiago, mientras Teriel empezaba a pronunciar unas sentencias.

- Evita los campos santos, iglesias y cualquier otro establecimiento con muchos años de antiguedad — mencionaba Teriel mientras deslizaba sus dedos por las mejillas de Santiago, como si fuese a darle un beso. — Cierto,también obedece a los números, aquellas combinaciones poco habituales.

- Santiago, ¡levántate y anda! !jajaja! — gritaba Sareil, feliz por su hazaña, mientras Tariel retrocedía haciendo ademanes en su paso y Santiago volvía ver todo desenfocado de nuevo, mas los murmullos continuaban aumentando el volumen.

- ¿Y ahora quién pastea el ganado?¿alguno de ustedes se rebajaría a hacer labores con sucios?¿no?, venga Teriel, estás cerca, ¿no?,¡Mierda, despierta de tu desgracia Denael y ordena el rebaño! — escuchaba Santiago mientras perdía fortaleza en sus pies, trataba de desistir de la caida con sus brazos, pero era en vano y yacía desparramado de nuevo, desvaneciéndose dentro y fuera.

Sobre la pieza rentada en uno de los barrios más rancios de la metrópoli, por encima de una anciana pareja de decaídas personas que alegraban sus tardes con televisión basura, detrás de aquella manija algo oxidada, en un espacio no menor a sesenta metros de área, cerca a un escritorio caótico con muchos papeles recostados uno al otro, algunos pegados en las paredes conteniendo información que solo aquel joven liquidado en el suelo conocía, las moscas provenientes de un baño anticuado descansaban sobre un rostro húmedo e inerte, la más astuta de ellas seguía el sabor de las lágrimas, movía las patas emocionado por lo que encuentre, se desplazaba lentamente examinando con su boca la superficie, empieza a mojarse uno de sus miembros, la piel parece más delgada y cerca suyo divisa un negro mosaico, ¿será esa la fuente de este líquido?, parece preguntarse la mosca, demasiado curiosa demuestra ser, se acerca y por instinto salta a volar, pues aquel mosaico ahora se movía irregularmente mientras una esfera brillaba detrás suyo. 

Santiago despierta y observa su entorno, la soga desistió de su fortuna destripándose así misma, él había caído y pérdida de memoria hubo acaecido, desorientado lamenta su fracaso, mientras limpia sus fluidos con una de sus manos, después se quita la soga y la tira con odio sin cálculo alguno. Se asusta al recordar aquel sueño vivido, no ha pestañeado hace poco, tieso, tratando de rememorar lo sucedido, ¿ese fue un sueño? se pregunta tragando saliba. Se estremece de nuevo, cuando el teléfono apaga el silencio.

- ¿Aló, buenas tardes? — responde Santiago aparentando un total relajo en sus cuerdas vocales.
- Cabrón, ¿por qué no viniste a clases?, necesitaba tus apuntes — una voz elocuente, sin preocupación alguna, reclamaba sutílmente la ausencia de un amigo que con permiso Santiago aceptó en sus días.
- Me quedé dormido, no jodas — respondía ahora un tono más juvenil, que no necesitaba de hipocresías pues una sonrisa se revelaba.
- Jajaja, me sorprende de ti, está bien, mañana lo vemos — todavía con resignación y una ligera cólera, aquella voz respetaba el enlace, evitando disgustar al comunicado.
- Sí, mañana, bueno chao. — Santiago se disponía a colgar la llamada, cuando parecía percibir de nuevo el reclame de su amigo en la línea — ¿ey?¿dijiste algo? — sin embargo, aquel emisor ya había dejado el contacto, Santiago fruncía el ceño, tratando de encontrar sentido a lo sucedido.

jueves, 24 de abril de 2014

Schz #2 - Propuesta - Parte 1

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Santiago, con los ojos casi entrecerrados, solo mira el techo ofuscado de su pieza, con esfuerzo trata de respirar un poco pero el diafragma le impide el paso, su corazón palpita como perro mientras pequeñas lágrimas empiezan a recorrer sus mejillas. Las venas por debajo y en los laterales de su rostro se hinchan, una coloración azul invade su rostro, parece sonreir demasiado reluciendo así su dentadura y masticando el vacío de su desgracia. Trata de sujetar la soga, pero sus delicados brazos no tienen suficiente fuerza ni ángulo. Su visión se consume bajo algo parecido a combustión, cada vez ve más oscuro, aquel concreto blanco ahora son manchas negras en continua expansión.

- (...) ente! — percibe Santiago, ciego y con una fuerte pulsación en el cerebro.
- (...) iente! — Santiago saborea algo amargo, todavía ve oscuro, el lateral de su cuerpo está frío, frunce el ceño todavía con los ojos cerrados.
- Siguiente ! En pie ! Sucio ! — Un frío y aspero material coge su nuca y con fuerza levanta a Santiago de su estancia.

Aquellas ásperas manos abren los ojos de Santiago, y la pulsación cerebral incrementa su rango, ahora todo es gris y ofuscado, borrosas formas ve en movimiento con algo de esfuerzo.

- Santiago, Santiago, muchacho, sucio humano, reacciona ! — Aquella mancha gris golpea sus mejillas, parece hacerle bien, el desenfoque se disparce.

Quiere llorar, respira más rápido aún, está seco, se atraganta con el vacío mientras que su lengua convulsiona y sus dientes se resisten a la paciencia. Hay alguien delante de él, le observa ojo por ojo como rebuscando su orientación, parece ser una mujer, parece ser un hombre, tiene delicados rasgos pero aparenta haber sido maltratado de algún modo, tal cual una triste y perfecta melodía, es delicadamente constituida pero solo lástima resulta en sus oyentes. Así era él, o ella, le sujetaba el rostro a Santiago como limpiando sus pómulos con aquellos dedos rudos acariciando su presencia.

- Hermano, eres el siguiente. Aunque tu situación es algo difícil, eres parte de la excepción — el ser dejó de sujetarlo y tras de él se desplegó una muchedumbre de entidades similares en su rareza.

- Denael, ya, déjalo, déjanos verlo — Aquel estaba desnudo, mas sexo no se podía apreciar en sus partes, estaba configurado para mandar, no tenía rastros de cabello en el rostro y yacía sentado en un trono gris rodeado de objetos de extraña proscedencia. A sus lados, habían más desnudos, algunos llevaban túnicas grises, todos sentados, atentos a Santiago, como comentando secretos a sus espaldas.

- Santiago, me dicen Sareil y me encargo de decidir entre lo bueno y lo anticuado, entre lo obtuso y lo recto, entre Nietzsche y Hitler. Como ves, nunca la tengo fácil. ¡Para las cosas más simples están los neutros esos!¡ pero a mí!¡joder!¡a mí me encargaron esto!¡espero que este ciclo sea bien compensado¡ — explicaba el desnudo, gesticulando demasiado, como orando al público, los demás seguía mirándo a Santiago, por ahí, alguien reía.

- Santiago, Saúl, Sergio, Simón, Salathiel — Te ha costado llegar hasta aquí, ¿cierto?. Te necesitaba una vez más, perdón. — Sareil alzaba su brazo como indicando el cielo gris que cubría la escena, mientras los murmullos aumentaron su tono y Denael interrumpía el momento.

- ¡Sucio Sareil !, ¡dejad vivir a mis hermanos ! ¡podemos usar otros medios ! — gritaba Denael con voz de barítono.

- Denael, puedes retornar a tu ciclo si quieres, solo hace falta que lo declare, pero no pienso volver a interceder por ti en el olvido, ¿quieres eso?¿no?. Entonces sé sordo por hoy, mudo hasta mañana y que tus ojos solo puedan ver tu destino mas no el rumbo — en un tono más recio, Sareil se levantó de su descanso mientras que Denael caía arrodillado palpando desesperadamente sus oídos, abría demasiado la boca, parecía sufrir, había sido castigado.

sábado, 5 de abril de 2014

Devan #531 | Pupilas largas

A lo lejos, podía divisar la estela dejada por la explosión , cuando empezaba a recordar lo sucedido. La nave no detectó el proyectil enviado desde una de los cuatro costas de Ersan, nombre acuñado a este supercontinete parte del planeta objetivo con apenas unos pocos millones de años de antiguedad, denominación prehistórica de Larsen.

La misión, determinar el origen de un objeto antiguo fuera de su tiempo desenterrado en Larsen hace tres meses, descubrimiento que permitiría resolver la idea de la existencia de una especie inteligente primitiva, hipótesis comprobada desde el momento en que sentimos el impacto en la cola de la nave.

Al ser este solo un encargo con fines académicos y de mera observación, siguiendo el protocolo establecido por la TTA (Time Travel Agency), el equipo utilizado por voiders descartaba la carga de armamento cuya manipulación equivocada podría afectar gravemente el entorno e incluso la alteración de la línea temporal del momento objetivo.

El equipo estaba conformado por Revis como capitán de la misión, Zadk como astrobiólogo, Kiara como médico psicorujano, Kalin como maestro de armas y yo, Devan, como hacker. Además teníamos la tripulación de soporte con unos cuantos bots en caso de emergencias incluido uno más, especialmente modificado por mí, Cyrel.

Necesitaba apartarme de la energía irradiada por la estrella de este sistema, frente a unos trescientos metros de mi posición podía ver a cuestas una especie de cueva. No tenía fuerzas, la función exoesquelética del traje estaba estropeada y más aún varios nanocircuitos deberían estar destruidos por la caída y la temperatura. La siguiente víctima sería mi piel, podría acabar carbonizado aquí. Miré a mi costado derecho y encontré mi morral a unos pocos metros, desparramado como mi cuerpo. Mediante técnicas de levitación, aprendidas de Kiara, logre atraer un poco el morral hasta que desistí porque me empecé a marear. Pude alcanzarlo con uno de mis brazos y saqué una cápsula de tetraurina, me la inyecté y mis músculos se hincharon compulsivamente. Con la fuerza temporal logré ponerme en pie y empezar la marcha hasta la cueva, no podía caminar muy rápido, la gravedad no me lo permitía, ni siquiera con la tetraurina recorriendo mis venas. El terreno era arenoso, pero extrañamente había una gran cantidad de piedras algo grandes y muy lisas dispersadas por las dunas. A medida que llegaba a la cueva me di cuenta que podía caminar más rápido, ¿acaso la tetraurina recién estaba dando efecto?. Ya en la entrada, y con mucha libertad de movimiento, pude descansar un momento sin el riesgo de las afecciones que podía tener en terreno abierto. Me sentí un poco idiota por no haber cargado el morral, estaba bajo el efecto de la droga que me despistó de varias cosas.

- Taris nata — susurraba una voz en mi mente.

De repente, una entidad antropomorfa frente a mí emergió de las sombras, estaba de cuclillas con un traje parecido al de Kalin. Aún recuerdo aquellas pupilas largas. Algo me sujetó la cabeza por la espalda, tapaba mi boca e hizo que mirase afuera, en aquel terreno abierto.

Otro ser antropomorfo, esta vez de mayor altura, de ojos completamente negros, apareció en el horizonte, detrás de él apareció también una gigante nave demasiado brillante como para ser solamente titanio. Aquellos miles de objetos que pensé que serían piedras se elevaron y fueron a parar dentro de la nave. El largo iba de regreso hasta que dirigió su mirada al suelo, era mi morral. Se arrodilló y empezó a manipularlo cuidadosamente.

- Serit tenua, ich nom leram. — susurraba con menos intensidad en mi mente. Al parecer la entidad de pupilas largas le comunicaba algo a quien me estaba sujetando por la espalda.

Desapareció de la luz progresivamente, y siguiendo las huellas de aquel arenal estaba seguro que se dirigía al ser largo que inspeccionaba mis cosas. Aún escuchaba algo de sus susurros.

- Im da setu, sorat da nata e fer om.
- So la Serta. — esta vez era un tono más grave, de seguro se trataba de mi apresor.

Bajo un horizonte opaco, por la temperatura desbordante que acaecía, ya solo veía al ser largo que con mi morral en mano se dirigía a la nave. Cuando apareció la de pupilas largas, con una gran arma parecida a una lanza, frente a él.