jueves, 3 de julio de 2014

Schz #3 - Al despertar

Santiago algo entumecido, con la cabellera larga, húmeda y rizada circunscribiendo su rostro, trata de estimar el trayecto de las gotas que desde la punta de su nariz inician la partida hasta impactar en la superficie cerámica azul del lavabo. Levanta su perfil y piensa cómo aquel rostro pálido con surcos difusos bajo los ojos podía contener su vida, repara por fin que todos estos años esa ha sido su envoltura, kilogramos de órganos, huesos y demás fluidos conforman su persona. Extiende la meditación, mirando fijamente el brillo de sus púpilas que en el reflejo del espejo logran resaltarse. Hay algo diferente, parece sospechar a medida que el frío recorre sus mejillas. Una tonalidad rojiza resalta sus labios, se nota más étereo, blanco y nulo. Fuertes susurros empiezan a asustarle, un escalofrío invade su espalda hasta que un fuerte pitido retumba su cerebro, él se sujeta la cabeza con sufrimiento, empieza a gritar moderadamente, mientras aquel tono inflinge aún más dolor en sus oídos, se sienta forzosamente y cae desnudo, en vapor, inconsciente.